La nueva gestión de basuras subirá las actuales tasas

Debate sobre cómo aplicar a los vecinos el principio de «quien contamina, paga»

14/02/2000        GUSTAVO CATALAN DEUS

MADRID.- La basura revolucionará nuestras vidas. Y también rascará nuestros bolsillos. La aplicación de las directivas europeas de reciclado de los residuos urbanos y sellado de los vertederos ilegales multiplicará por cinco el recibo de las tasas que actualmente pagamos por la recogida de nuestros residuos domésticos.

En la actualidad, España es un caos. No existe una sola ciudad con modelos similares de gestión de la basura urbana. Ni un mismo recibo y ni tan siquiera el mismo modelo de cobro. Estos datos se han puesto de manifiesto en una reciente conferencia sobre Fiscalidad y Gestión de Residuos que ha tenido lugar en Palma de Mallorca, organizada por el Club Español de Residuos.

En España, se viene a pagar una tasa anual media de unas 4.000 pesetas por familia, aunque hay muchas diferencias de unas regiones a otras. En cualquier caso es una cifra muy distante de lo que actualmente cuesta este servicio en Viena, Flandes o Berlín, por poner tres ejemplos.

En Viena, el servicio cuesta unas 20.000 pesetas por vivienda. En Flandes, la cifra para una familia de cuatro personas se eleva hasta 40.000. En el caso de Berlín, una familia de las mismas personas debe pagar 35.000 pesetas.

Claro, que en estas ciudades el servicio de recogida de basuras es mucho más sofisticado. Allí la retirada de basura es selectiva, luego se recolecta en centros de tratamiento, se procede a su reciclado y recuperación, y en algunos casos se valoriza mediante su incineración. Finalmente, lo que va al vertedero es lo mínimo posible, objetivo fundamental.

Este modelo, que es el que se logrará en España cuando estén plenamente en vigor las leyes de Envases y Residuos de Envases y la de Residuos Urbanos, traerá importantes cambios que nos afectarán en la vida diaria.

Muy pronto, -en muchos casos ya está en vigor- las familias españolas tendrán que discriminar la basura en dos bolsas: la amarilla para los envases y la negra para la materia orgánica. Aunque previamente, el ciudadano tendrá que haber retirado las pilas eléctricas, el vidrio y el papel. Con estos tres últimos tendrá que hacer el esfuerzo suplementario de llevarlo a un contenedor.

Este sistema traerá importantes gastos a los ayuntamientos, a los que no les quedará más remedio que ir incrementando el recibo de las tasas de la basura.

Pero, ¿cómo hacerlo? El concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Córdoba, Julio Berbel, es partidario de un sistema que tenga en cuenta el valor catastral de la vivienda. Ese es el modelo que aplicó en su ciudad: cuatro tipo de recibos, dependiendo del valor de la vivienda.

Pero, ¿qué cobrar a los comercios y la industria? En este caso no es posible aplicar este criterio, porque determinados comercios son generadores de mucha basura y otros, apenas la producen. Es la mayor complicación, al tener que aplicar tarifas variables. En Sevilla, por ejemplo, los restaurantes pagan por el número de tenedores. Pero este ejemplo sólo valdría para la restauración.

Pagar según cantidad

La tasa variable ya se viene aplicando en Europa incluso para los residuos domésticos (ver gráfico sobre su implantación en Europa). Sería, según sus partidarios, el sistema más justo, puesto que recoge mejor que ninguno el principio de «quien contamina, paga». Tanto envías al vertedero, tanto te cuesta.

Pero el modelo no es fácil de aplicar. Es relativamente sencillo pesar la basura de un contenedor unifamiliar, pero es imposible diferenciar a cada familia de un edificio.

En Bélgica se intentó un sistema de tasa variable por el que cada vecino pagaba una cantidad similar a un euro por cada bolsa de basura que enviaba a la planta de tratamiento. Esto derivó rápidamente en una picaresca ciudadana que llevó a muchos a tirar su basura en la autopista o en solares. Ahora se aplica una tasa anual media, más la de la bolsa de la basura a precio inferior, o una pegatina que se pega sobre ella y que ha de comprarse en los estancos o quioscos.

Porque si no hay pegatina o bolsa homologada, puede venir una sanción municipal. En EEUU son normales las multas, a veces elevadas, a quien no selecciona la basura en su hogar. En la planta de tratamiento es fácil detectarla y luego los basureros señalan al infractor.

Parece demasiado. Pero, o se toman medidas o algún día la basura nos saldrá por las orejas. Actualmente, algunos países europeos ya no tienen casi sitio donde llevar sus residuos. Y eso nadie lo desea.